Ciudades inteligentes (III): Tokyo y Fujisawa

Después de dos artículos centrados en España, vamos a empezar a buscar en el extranjero buenos ejemplos de ciudades inteligentes. Desde que empezamos esta serie de artículos, hace ya alrededor de un año, el proyecto de las ciudades inteligentes ha recibido un gran apoyo por parte del Ministerio de Industria,

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Tokyo

Después de dos artículos centrados en España, vamos a empezar a buscar en el extranjero buenos ejemplos de ciudades inteligentes.

Desde que empezamos esta serie de artículos, hace ya alrededor de un año, el proyecto de las ciudades inteligentes ha recibido un gran apoyo por parte del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Nos referimos al Plan Nacional de Ciudades Inteligentes, dotado con un presupuesto de 153 millones de euros, que provienen en parte del Fondo Europeo de Desarrollo Regional y que cuenta también con otras aportaciones públicas y privadas.

Esperamos que este nuevo impulso ayude a desarrollar iniciativas eficientes y que la población también entienda todo lo que se puede cambiar o mejorar en nuestra sociedad.

Tokyo, siempre la primera

En el ranking de las mayores ciudades inteligentes, Tokyo suele ser la primera. Se suele destacar de ella varios aspectos:

  • El capital humano, que evalúa la capacidad de atraer y conservar talentos y potenciar la educación e investigación.
  • Gestión pública, que mide cómo la administración consigue utilizar sus recursos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y el impacto medioambiental de la ciudad.
  • Movilidad y transporte: la capital de Japón no sobresale por encima de otras ciudades, aunque dentro del ranking de las 10 ciudades, sí aparece en cabeza.
  • Tecnología: Tokyo ya no es la gran capital tecnológica del mundo. Pese a ello, se mantiene en el puesto 16.

En las características valoradas más negativamente se cuentan:

  • Medioambiente, que evalúa la estrategia de la ciudad para combatir la polución.
  • Cohesión social, que analiza el desarrollo comunitario, bastante mermado en el caso de Tokyo después de la catástrofe de Fukushima.

Fujisawa, de ciudad dormitorio a ciudad inteligente

A una hora y 50 kilómetros de distancia de la capital, Fujisawa es una pequeña ciudad de unos 400.000 habitantes. La alcaldía de esta ciudad tiene planificado para 2018 un desarrollo urbano para tres mil personas basado en la sostenibilidad energética. Se tratará de una ciudad dentro de otra ciudad, llamada Fujisama Sustainable Smart Town.

Se ha utilizado el terreno de una antigua fábrica de Panasonic, compañía que participa en el proyecto. La fecha de inauguración del complejo coincidirá con el centenario de esta empresa, que desde luego protagonizará buena parte de la atención de los medios. Desde luego, hay en este asunto un fuerte componente de negocio.

Son unas 19 hectáreas donde se construirán unas mil viviendas de baja altura unidas por jardineras y un parque central.

Cada vivienda se alimentará con energía solar mediante un sistema híbrido de celdas de combustible y baterías de litio. Los sistemas de aire acondicionado detectarán la presencia del habitante de la casa para modular su funcionamiento.

Para la iluminación de las calles se recurrirá a luces LED. También está previsto utilizar energía eólica y así aprovechar las corrientes de la zona.

Los medios de transporte de la ciudad apoyarán el uso de coches, motos y bicicletas eléctricas, que se aparcarán en espacios públicos provistos de estaciones de recarga. El diseño del complejo está orientado al movimiento del peatón y a los servicios públicos: se incluyen en el proyecto centros médicos, albergues para la tercera edad y cámaras de vigilancia para las calles.

El proyecto tiene un coste total de unos 60 millones de dólares.

Los objetivos son prometedores: Fujisawa planea bajar un 70% las emisiones de dióxido de carbono y un 40% el consumo de agua. En cuanto a energía se prevé un ahorro del 70% en viviendas públicas y un 20% en zonas privadas.

El trabajo se inició en 2011. No sabemos si el accidente nuclear de Fukushima, que acababa de suceder por aquel entonces, influiría en esta decisión. En todo caso nos alegramos de que desde medios públicos se incentiven otras energías más seguras y eficientes que la nuclear.