El fenómeno de los 'midlifers'

Cuando hablamos de midlifers nos referimos a ese colectivo de personas mayores de 50 años que saben utilizar las nuevas tecnologías e incluso viven conectados a ellas. Lo más curioso de todo este fenómeno es que a pesar de que aumentan en número por momentos, de acuerdo con el estudio

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Cuando hablamos de midlifers nos referimos a ese colectivo de personas mayores de 50 años que saben utilizar las nuevas tecnologías e incluso viven conectados a ellas. Lo más curioso de todo este fenómeno es que a pesar de que aumentan en número por momentos, de acuerdo con el estudio realizado por la agencia de medios Maxus en colaboración con el instituto Nethodology (Análisis e Investigación), este rango de edad aún no ha logrado captar la atención de los anunciantes.

Conclusiones del estudio de la agencia Maxus

El estudio realizado por la agencia de medios Maxus nos muestra cómo un 90,2% de las personas encuestadas pertenecientes a este rango de edad utilizan Internet para informarse sobre la oferta de productos mientras que todos ellos tienen perfil en al menos una red social y son usuarios habituales igualmente tanto de la banca online como del comercio electrónico aunque coinciden en afirmar que la publicidad no se dirige a personas de su edad.

Si nos centramos en el panorama nacional podemos observar cómo son 6.791.000 individuos, el 17% de la población, los mayores de cincuenta años que tienen estos hábitos. Asimismo, el estudio asegura que se trata de un colectivo que no para de crecer, tanto que se calcula que en el año 2028 superarán los ocho millones y medio de personas. De esos más de seis millones actuales, un 39,5% se conectan a Internet y utilizan la tecnología con soltura.

En España este colectivo muestra tener bastante experiencia en el terreno online puesto que casi todos los encuestados son usuarios de la red desde hace al menos cinco años mientras que aproximadamente la mitad lo son hace más de diez.

Su manejo es bueno, tanto que seis de cada diez no necesitan la ayuda de sus hijos, se presentan como amantes de la tecnología, actualizados y sintiéndose seguros ante los nuevos medios. Esta generación está interesada en el uso de nuevos aparatos tecnológicos como son móviles u ordenadores y al mismo tiempo se muestran conscientes del valor que la tecnología puede aportar a su vida. El estudio asegura que todos ellos poseen de media 3,43 dispositivos para conectarse a Internet.

En su gestión de Internet, un 97,2% de ellos gestiona su correo electrónico mientras que el 76,2% se conecta a diversas redes sociales y un 79,2% a foros o chats. La lectura de blogs y descarga de música o películas también se encuentran entre sus pasatiempos.

En relación con el comercio electrónico, ya son uno de cada tres los usuarios que realizan compras por Internet mientras que siete de cada diez afirma que adoptará esta fórmula en el futuro. Un 66% de ellos realiza operaciones a través de la banca online al menos una vez a la semana.

Una publicidad con la que no se sienten identificados

A pesar de que a más de la mitad de los usuarios encuestados la publicidad de las grandes marcas les resulta atractiva, tan sólo un tercio se siente identificado con ella mientras que un 38,3% cree que no se dirige a gente de su edad.

Este colectivo echa en falta un canal que se dirija directamente a ellos puesto que un 29% afirma no sentirse identificado con ninguna marca.

Iniciativas para aumentar este colectivo

En los últimos tiempos se han comenzado a dar a conocer una serie de iniciativas con las que incentivar ese conocimiento de las nuevas tecnologías que como hemos visto muchos midlifers tienen, aunque no todos.

Con este idea se presentó este verano por ejemplo una campaña conjunta de Cruz Roja y la Fundación Vodafone para la formación de más de 4.500 personas mayores en el uso de las tecnologías de la información y comunicación. El programa, bautizado como Formación y optimización del uso de las redes sociales, los ordenadores e Internet por las personas mayores, se desarrollará hasta marzo del año que viene en programas con dos niveles distintos de dificultad según los conocimientos de sus usuarios.