El cuervo, la primera vez que oímos hablar de CGI

Este 2023 se cumplen tres décadas de la desaparición del actor Brandon Lee, y el que viene se cumplirán otras tantas del estreno de su obra póstuma, El cuervo. Una película de fantasía y acción que ha perdurado en el recuerdo de aficionados no solo por su historia, su imaginativa

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El cuervo

Este 2023 se cumplen tres décadas de la desaparición del actor Brandon Lee, y el que viene se cumplirán otras tantas del estreno de su obra póstuma, El cuervo. Una película de fantasía y acción que ha perdurado en el recuerdo de aficionados no solo por su historia, su imaginativa puesta en escena y su, por entonces, rompedora banda sonora, sino también por el trágico fallecimiento de su actor principal y la exitosa reconstrucción de su imagen para las escenas que faltaban, realizadas de manera informática.

Como es sabido, al morir Lee restaban ocho días de rodaje, tres de los cuales requerían su presencia. Su trabajo estaba, por tanto, prácticamente acabado. Pero quedaba pendiente una escena clave, la de su fallecimiento y asunción de su nueva identidad.

Debe decirse que el primer reemplazo digital de un rostro lo consiguió la compañía Industrial Light & Magic para Parque Jurásico (1993), al integrar el rostro de la niña Ariana Richards en el cuerpo de una doble para una escena peligrosa. El cuervo sería, siendo precisos, el primer trabajo para incorporar a un actor fallecido que, por añadidura, protagonizaba la película.

Además del uso de un doble de cuerpo y de unas astutas técnicas de iluminación y sombras, el realizador Alex Proyas decidió recurrir, de forma pionera, a la técnica de CGI (Computer Generated Imagery) para recrear al actor.

En concreto, los trabajos de post producción de El cuervo requirieron:

  • Recortar la figura de Lee e integrarla en un fondo diferente. Pintar gotas de agua a una puerta para que esta no desentonara con el cuerpo mojado de Lee.
  • Añadir el rostro de Lee a un doble en una caída desde una ventana, con manchas de sangre simuladas.
  • Añadir la cara de Lee reflejada en un espejo roto y alterada para encajar en los fragmentos.
  • Añadir el rostro de Lee en un doble que miraba por una ventana. El rostro solo se mostraba en unos segundos en que unos relámpagos iluminaban su figura.

Los retoques fueron mínimos, apenas unos segundos, pero cruciales para el desarrollo de la trama. Vistas hoy, estas escenas no han envejecido demasiado. Las elecciones de composición de Proyas, a base de sombras expresionistas, detalles (botas, manos), planos subjetivos y elementos sugeridos más que vistos, resultan totalmente modernas y nada forzadas. No sería raro pensar que, de haber vivido Lee, también se hubiera optado por una forma parecida de presentar al personaje.

Por desgracia, la tragedia impuso las circunstancias, y esta tecnología ayudó a completar El cuervo de la manera más elegante, eficaz y respetuosa con el trabajo de Lee. A día de hoy parece algo banal, pero en su momento causó una enorme impresión. Fue la primera vez que muchos oímos hablar de CGI, y descubrimos que los ordenadores servían para algo más que escribir en un procesador de textos o jugar al buscaminas.