Caso práctico: el logo de phpdocx 10

El pasado mes de junio apareció la décima versión de phpdocx. Llegar a las dos cifras es todo un hito en este negocio tan volátil y quisimos celebrar la estabilidad y aceptación de la librería con un logo para la web que fuera distintivo. Normalmente realizamos varias versiones antes de

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El pasado mes de junio apareció la décima versión de phpdocx. Llegar a las dos cifras es todo un hito en este negocio tan volátil y quisimos celebrar la estabilidad y aceptación de la librería con un logo para la web que fuera distintivo.

Normalmente realizamos varias versiones antes de encontrar la definitiva, pero esta vez llegamos a hacer hasta once variaciones. ¡Más que el número de versiones del programa! El diez daba mucho juego y trabajamos duro para encontrar una solución original.

En términos gráficos, las formas del uno y el cero son muy sencillas y aceptan modificaciones. Cuántas veces hemos visto un cero convertido en un ojo, una boca, el sol, la luna, una moneda, etcétera.

Con esta premisa diseñamos un logo que fusionara el diez con la palabra phpdocx. El uno correspondía a la D y el cero a la O.

El resultado era interesante. Nunca habíamos jugado de esta manera con la tipografía, así que parecía una buena manera de celebrar las diez versiones.

Inconveniente: lo que se veía bien en un archivo de alta resolución, al reducirlo a un PNG de trescientos píxeles de ancho resultaba confuso.

La primera versión, descartada

Vuelta al tablero de dibujo, seguimos la vía de experimentar con los números. Se nos ocurrió una alternativa, la de colorear el diez en dos mitades, una en blanco y otra en el naranja corporativo de phpdocx.

A tamaño reducido, la imagen ganaba en impacto (es muy curioso leer una cifra en dos colores), pero seguía sin verse de forma clara.

Otra versión descartada

Hubo unas cuantas variantes, pero el resultado siempre era el mismo. Cuando una imagen está pensada para un tamaño pequeño, hay libertades creativas que entorpecen más que ayudan al diseño. Son, por así decir, caramelos envenenados. Por tanto, resolvimos la cuestión con una propuesta más sencilla que cualquier visitante nuevo pudiera reconocer sin tener que dejarse la vista, pero que aún así fuera de alguna manera diferente: una cifra de cada color. Es la versión que podéis ver en la cabecera de la entrada.

Moraleja: que una buena idea no arruine la legibilidad de tu logo.

¡Hasta el próximo caso práctico!